El nuevo presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, solicitó formalmente a su homólogo argentino, Javier Milei, la organización de una visita oficial a Buenos Aires para impulsar una «nueva etapa» de cooperación bilateral.

El pedido se realizó en un breve y distendido encuentro celebrado este sábado en La Paz, justo después de la investidura de Paz como el presidente número 74 de Bolivia. El mandatario boliviano busca «retomar una agenda común» con Argentina tras el fin de lo que denominó un periodo de «20 años» en las relaciones.

La solicitud se llevó a cabo en el Palacio de Gobierno, en La Paz, donde Paz indicó a Milei que la cooperación con sus países fronterizos, incluyendo Argentina, «será esencial» para su Administración. El presidente argentino, por su parte, respondió al ofrecimiento de diálogo con palabras de apoyo: «Sé lo que estás recibiendo, te lo puedo decir por experiencia propia… en lo que creas que podemos ayudarte, a la orden». Paz manifestó estar abierto a recibir consejos, considerando que el mandatario argentino puede ofrecer «buenos consejos».

El encuentro entre ambos líderes se desarrolló en un ambiente cordial, con intercambio de obsequios, una breve charla sobre fútbol y un recuerdo del boliviano sobre la importancia que tuvo Argentina durante el exilio de su familia.

La asunción de Paz ocurre en un contexto de grave crisis económica en Bolivia, marcada por la falta de divisas, escasez de combustibles e inflación. En su discurso de posesión presidencial, el nuevo mandatario afirmó que el país que recibe está «devastado» y con una economía «quebrada», describiendo al Estado como un «monstruo burocrático incapaz de servir al pueblo». Sus declaraciones lamentaron las «filas interminables» de vehículos en busca de combustible y los «mercados vacíos», haciendo referencia a las consecuencias de los Gobiernos previos del Movimiento al Socialismo (MAS).