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Padre Francisco Delgado vuelve tras victoria contra satanista Escardó –

Padre Francisco Delgado vuelve tras victoria contra satanista Escardó –


El Padre Francisco José Delgado fue apartado durante más de un año por una denuncia falsa. Hoy, absuelto canónicamente, anuncia el regreso de La Sacristía de la Vendée y deja al descubierto la incoherencia de una Iglesia que fue implacable con los inocentes, pero tibia ante el verdadero escándalo.

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Un silencio impuesto por obediencia

“Tuve que anunciar, en obediencia, que dejaba las redes por mandato de mi Arzobispo. Dije que todo se debía a una calumnia de la que esperaba poder dar detalles algún día. Ese día ha llegado.” Con esas palabras comenzó el comunicado del Padre Francisco José Delgado, publicado el 5 de noviembre de 2025, tras recibir la sentencia absolutoria de la Vicaría Judicial de Toledo, fechada el 28 de julio de 2025.

Durante dieciocho meses, el sacerdote fue silenciado y separado de su ministerio público, acusado de tres supuestos delitos canónicos: “lesionar la buena fama del Sr. José Enrique Escardó”, “impedir el ejercicio de la potestad eclesiástica” en relación con la misión del Sodalicio de Vida Cristiana, y “suscitar aversión u odio hacia la Sede Apostólica” durante el programa La Sacristía de la Vendée (LSDLV).

La acusación absurda: una broma malinterpretada

Todo comenzó el 22 de febrero de 2024, durante la emisión de LSDLV en la fiesta de la Cátedra de San Pedro. Uno de los contertulios, el P. Gabriel Calvo Zarraute, dijo en tono de humor: “Rezo mucho para que el Papa vaya pronto al cielo”.
El moderador, P. Francisco Delgado, reaccionó intentando reconducir la charla y aclarando que “ir al cielo es un buen deseo”, evitando que la broma se prolongara. Sin embargo, medios hostiles al programa, como Religión Digital y Vida Nueva Digital, recortaron la intervención y publicaron titulares sensacionalistas como “Un grupo de curas reza para que el Papa muera”. Y claro, no vimos sanción alguna para Calvo Zarraute, de hecho, él hasta parece haberse beneficiado de la desaparición de LSDLV teniendo en cuenta que luego se quiso posicionar como el veintiúnico revolucionario y hasta estrenó página web. En fin.

La reacción del Arzobispado de Toledo fue inmediata y tajante. En su comunicado del 29 de febrero de 2024, el arzobispo Francisco Cerro Chaves calificó el comentario como “gravemente escandaloso”, y pidió a los sacerdotes implicados “pedir perdón público” y “abstenerse de cualquier manifestación contraria a la comunión eclesial”. La sanción fue fulminante: Delgado fue apartado de los medios y obligado a guardar silencio.

“Me calumniaron en la prensa como ‘el cura que deseó la muerte al Papa’. Es injusto, porque yo no dije esas palabras malinterpretadas”, declaró luego el sacerdote durante el proceso. Y sí, bueno, fue Zarraute. ¡Vaya fortuna no haber sufrido sanción ni censura!

El proceso canónico: justicia tras la tormenta

El documento judicial de 37 páginas detalla la investigación iniciada a pedido del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, motivada por denuncias presentadas desde Perú por José Enrique Escardó Steck, quien se declaraba víctima del Sodalicio.
Escardó —que en redes se autodefine “satanista”— acusó a Delgado de haberlo “revictimizado” en Twitter. El tribunal comprobó lo contrario:

“Quien realmente ha lesionado la fama ha sido el Sr. Escardó, y nada menos que la fama de la Iglesia y de los sacerdotes, arrojando acusaciones generales y muy graves.”
(Sentencia, punto 12.1)

La sentencia también expone que Escardó nunca probó ser víctima de abusos y que sus declaraciones fueron incoherentes. Incluso se consignó que “su propia conducta pública escandalosa” dañó su buena fama, recordando las palabras de Santo Tomás: “la fama es el bien temporal más precioso que posee la persona”.

Respecto al presunto delito de incitar al odio hacia la Sede Apostólica, el tribunal fue contundente:

“No podemos concluir afirmando que el P. Francisco José Delgado fomentó la aversión o el odio al Santo Padre. Intentó corregir lo que dijo el P. Gabriel Calvo Zarraute, que fue realmente quien pronunció la desgraciada frase.”
(Sentencia, punto 12.3)

El veredicto final, firmado el 28 de julio de 2025, absolvió unánimemente a Delgado:

“No consta que el Rvdo. P. Francisco José Delgado Martín haya cometido los delitos de que se le acusa.”
(Parte dispositiva, Sentencia Pública “Delgado Martín”)

La vara desigual: dureza con unos, silencio con otros

Mientras LSDLV era suspendido y sus sacerdotes señalados públicamente, el mismo Arzobispado de Toledo mostró un tono notablemente distinto cuando, en septiembre de 2025, se conoció la detención de un sacerdote diocesano en Torremolinos con drogas y material para su distribución.

El comunicado del 23 de septiembre de 2025 reconoció el hecho, “reprueba toda conducta delictiva” y “expresa confianza en la justicia”, pero evitó cualquier juicio moral, ni nombres, ni suspensión inmediata.
Los medios españoles informaron que el detenido tenía papelinas de cocaína rosa (tusi)balanza de precisión y estaba acompañado de otros hombres en actitud festiva. El lenguaje aséptico y el silencio posterior contrastaron con el castigo público aplicado a los sacerdotes de La Sacristía de la Vendée por un simple malentendido. ¡Ah no! Ahí el escarnio fue duro y el comunicado, agresivo.

Ese contraste duele y deja una pregunta abierta: ¿por qué una broma manipulada mereció exilio selectivo y una absolución tardía, mientras la inmoralidad flagrante se aborda con circunspección diplomática?

El regreso de la Sacristía Vendée: Reparación

Tras su absolución, el Padre Delgado anunció:

“Gracias a Dios, que no soporta que el inocente sea declarado culpable, la sentencia recoge con mucha precisión la verdad de los hechos. Pero aún hay mucho que explicar.”

Ese “mucho que explicar” se concretará este 6 de noviembre de 2025, cuando La Sacristía de la Vendée vuelva al aire en YouTube.

Será el inicio de una nueva etapa, más madura y más consciente de los riesgos de decir la verdad en un entorno eclesial que muchas veces prefiere la prudencia diplomática a la justicia moral.

El retorno de LSDLV no es revancha, sino reparación. Es el triunfo del bien sobre el mal, de la verdad sobre la calumnia y de la coherencia sobre el doble rasero. Si la Iglesia quiere recuperar su credibilidad, debe empezar por aplicar su doctrina con el mismo rigor a todos: los ortodoxos y los tibios, los que aman la verdad y los que la diluyen.

El Evangelio lo dice con claridad: “No hay nada oculto que no llegue a saberse” (Lc 8,17). Y hoy, con la sentencia en la mano y la inocencia restablecida, el P. Francisco José Delgado vuelve a hablar —no por rebeldía, sino por justicia.


Vanya Thais

Editor

Católica. Esposa y Madre. Periodista y Directora de VotoCatólico USA. Maestrando en Relaciones Públicas

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