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Virginia, NY y Nueva Jersey ‘celebran’ victorias social-progresistas –

Virginia, NY y Nueva Jersey ‘celebran’ victorias social-progresistas –


Las urnas del 4 de noviembre marcaron el inicio de una nueva etapa de radicalización ideológica. El avance del progresismo no solo amenaza la economía y la libertad, sino también la defensa más elemental de la vida humana. Virginia, cuna de la libertad americana, ha caído en manos del abortismo.

Virginia: del Viejo Dominio a la nueva capital del aborto

Abigail Spanberger, exagente de la CIA y congresista demócrata, se impuso sobre la republicana Winsome Sears, actual vicegobernadora del estado. Su victoria la convierte en la primera mujer en gobernar Virginia, pero también en la figura que podría consolidar la inclusión del aborto como derecho constitucional en el estado.

Aunque se presentó como “moderada”, Spanberger votó con el Partido Demócrata en el 100% de las decisiones legislativas durante su paso por el Congreso, alineándose por completo con la agenda de Joe Biden. Su triunfo confirma la derrota del movimiento provida en una de las regiones más estratégicas del país. Virginia, que hasta hace poco era ejemplo de equilibrio entre valores conservadores y progreso económico, se convierte ahora en el laboratorio del aborto legal y sin restricciones.

La situación se agrava con la victoria de Ghazala Hashmi como vicegobernadora, la primera estadounidense de origen musulmán en alcanzar ese cargo, y de Jay Jones como fiscal general, un político que fue grabado fantaseando con el asesinato de un republicano local. Ambos completan una fórmula política que redefine el carácter moral de Virginia, no hacia la inclusión, sino hacia la imposición ideológica.

El estado que alguna vez vio nacer la libertad religiosa con Thomas Jefferson y la Declaración de Derechos de Virginia, ahora es el escenario donde se busca constitucionalizar la muerte de los inocentes. La “libertad” se redefine como el derecho a eliminar vidas humanas en el vientre materno.

Nueva York: el socialismo toma el poder

En la ciudad que alguna vez fue el emblema del sueño americano, el candidato socialista Zohran Mamdani, musulmán y miembro del ala más radical del Partido Demócrata, arrasó en las elecciones municipales al derrotar a Andrew Cuomo y Curtis Sliwa. Mamdani, de apenas 34 años, es conocido por su defensa del chavismo, su antisemitismo y su activismo proinmigración sin límites.

Su victoria con más del 51% de los votos refleja el grado de deterioro cultural de Nueva York, donde las nuevas generaciones —educadas en el relativismo moral y la cultura del victimismo— han normalizado el discurso socialista. Lo que fue un bastión del capitalismo global se ha convertido en una ciudad abiertamente alineada con las ideas del comunismo latinoamericano y los movimientos “woke” más extremos.

La Gran Manzana, que antes simbolizaba la oportunidad, hoy representa la decadencia moral de Occidente: altos impuestos, crimen sin control, drogas legales y persecución a quienes se oponen al pensamiento único.

Nueva Jersey: militarismo progresista y control estatal

La demócrata Mikie Sherrill, exmilitar y congresista, venció al republicano Jack Ciattarelli por un margen cómodo y se convirtió en la segunda mujer electa gobernadora esa noche. Su discurso, cargado de pragmatismo, escondió la misma agenda que avanza en todo el noreste del país: aborto sin límites, educación sexual obligatoria y expansión de los programas de control estatal sobre las familias.

Sherrill representa la nueva cara del progresismo: técnicos, burócratas y exagentes que se presentan como “moderados”, pero legislan conforme a los dogmas de la izquierda global. Su victoria en Nueva Jersey confirma que el cinturón demócrata del Atlántico Medio —de Washington D.C. a Nueva York— está completamente bajo control ideológico.

Las victorias de Spanberger, Mamdani y Sherrill no son hechos aislados. Son la consecuencia de una estrategia sostenida para redefinir los valores fundacionales de Estados Unidos: reemplazar la libertad por control, la moral por ideología, la familia por el Estado.

Virginia, donde Thomas Jefferson defendió el derecho natural a la vida y la libertad de conciencia, se transforma en el epicentro de un nuevo experimento progresista que amenaza la esencia de la nación. La izquierda lo celebra como un “avance histórico”; los cristianos lo reconocen como un signo de los tiempos.

El socialismo ha dejado de ser un peligro abstracto para convertirse en una realidad institucional que busca imponer su moral invertida: donde matar se llama “derecho”, y disentir, “odio”.

Virginia, NY y Nueva Jersey ‘celebran’ victorias social-progresistas –


Vanya Thais

Editor

Católica. Esposa y Madre. Periodista y Directora de VotoCatólico USA. Maestrando en Relaciones Públicas

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