Debido a complicaciones producto de una neumonía y enfermedades cardíacas y vasculares, falleció Dick Cheney, vicepresidente de los Estados Unidos durante los mandatos de George H.W. Bush y su hijo, George W. Bush. Se trata de una de las figuras más influyentes y divisivas de la política norteamericana, destacado, entre otras posturas, por defender la invasión que dio inicio a la guerra de Irak en 2003.

Cheney, cuadragésimo sexto vicepresidente del país, fue representante de Wyoming y fungió como jefe de gabinete de la Casa Blanca, así como secretario de Defensa. Mientras el joven mandatario Bush estaba fuera de Washington, el conservador se hallaba en la Casa Blanca cuando recibió la noticia del ataque al World Trade Center de Nueva York. Desde entonces, aplicó un enfoque belicista a las demostraciones de poder estadounidense en Medio Oriente.

“Cheney defendió sistemáticamente las extraordinarias herramientas de vigilancia, detención e inquisición empleadas en respuesta a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001”, detalla el diario La Nación. El conservador es ampliamente considerado el artífice de las políticas de Bush hijo.

Irónicamente, durante los últimos años de su vida, el republicano arremetió contra su par ideológico, que hoy ocupa el sillón presidencial. “En los 248 años de historia de nuestra nación, nunca ha habido un individuo que represente una mayor amenaza para nuestra república que Donald Trump” opinó. Calificó al magnate de “cobarde” y lo acusó de usar “mentiras y violencia” para mantenerse en el poder.