El ex-ministro Arturo Murillo, condenado por corrupción y sobreprecio en la adquisición de gases lacrimógenos, ha sido deportado desde Estados Unidos y entregado a las autoridades bolivianas. Permanecerá bajo custodia policial en celdas de la FELCC hasta que un juez determine su situación legal.

El jueves al mediodía, Murillo arribó al aeropuerto de El Alto, donde fue recibido por un fuerte despliegue policial y trasladado a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) sin emitir declaraciones.

En el caso de los gases lacrimógenos, Murillo fue sentenciado a ocho años de cárcel, con un daño económico estimado en $2,3 millones. Adicionalmente, cuenta con otra sentencia por el caso Gases de Ecuador y enfrenta otros seis procesos por delitos como legitimación de ganancias ilícitas y uso indebido de influencias.

Su llegada se considera un paso relevante para la justicia boliviana en la ejecución de las condenas pendientes. La audiencia para definir su situación jurídica está prevista para este viernes, con la Fiscalía solicitando la ejecución inmediata de las sentencias.