La poesía erótica de Salvador Pastore, para liberarnos del sistema – Al servicio de la verdad
Crítica literaria
Por Miguel Alvarado Natali
Hay versos enfermizos en un amor, que de pronto, ha vivido en fuga, en los poemas de Salvador Pastore. Son la tónica de una poesía erótica donde va entrelazando paisajes rurales y citadinos que bordean ligeramente una mezcla -casi desgarradora- de amantes pretéritos y de un presente imperfecto, donde el autor va configurando versos que se desprenden de un sistema decadente. Él le pone toda la intencionalidad para salvar lo trágico y lo imperante que puede ser un acto político-social en un mundo capitalista e imperialista, donde el último recurso de fe, es el amor y la pasión.
En el poema “Versos contra el modelo” nos sugiere esa postal inagotable de la revolución, que calza en todo espacio y tiempo. Podría ser perfectamente la dictadura de Pinochet o el estallido con Piñera. Aquí la amalgama perfecta del amor con la causa social o el “yo me muero como viví” de Silvio Rodríguez.
“Sentí que corría contigo, con una bandera roja en la multitud. Éramos amantes heroicos entre tantas guerras y miserias del capitalismo”
Indirectamente en ‘Encuentro» hay un tono de despedida y qué mejor que con un amor del pasado para esperar en el bosque, lejos del caos y la miseria… el acabo de mundo. Una descripción cinematográfica, pero con un sentido nostálgico de quienes van a morir, pero van a morir felices.
Pastore es un narrador que se empeña y puede bosquejar paisajes de la figura desvestida de una mujer. Se detiene, respira y además, se da el tiempo de hacer un cuestionamiento al capitalismo con un lenguaje lleno de pelvis, costillas y pechos, bueno ahí estoy con él -pues es la debilidad de todo hombre-. Así la protagonista de todo el poemario es la mujer, una obsesión porfiada del autor, que la ve distraída, blanca tras su cama, busca su rostro, le pide una foto, la pierde en primavera, la desnuda, siente su aroma, cabalga sobre su cuerpo y la vuelve a perder. Puede que sea la misma dama o tal vez distintas y hasta del otro bando, como en el poema “La nube virtual”:
Observo tu historial en las redes. Estaré escribiendo contra la burguesía de su esquizofrenia contra los comunistas. Aún tengo en mis labios el sabor de tu espalda. El sistema es nuestra distancia. El patriarcado, los prejuicios, los tiempos. Recordarás que te amo,
¡fuí el comunista que sacó luz de tus ojos! ¡Ternura de las tardes! ¡Te liberó para volar¡ Quién se quedó con tus fotos en un archivo secreto de la nube virtual.
Salvador Pastore nos presenta al amor y al erotismo como un acto de rebeldía, por momentos sueltamente y a veces ingenuamente bajo la convicción que esto puede ser la herramienta para derrotar al capitalismo, pero no tanto, a ese monstruo fantasmal que llevamos en nuestro interior -el recuerdo-, lo placentero y a la vez doloroso que puede ser recordar:
“Ayer perdí tus ojos desde donde miraba el horizonte del mar.Una cabaña se hundió en las olas trágicas de El Tabo, ahí donde soñamos un café cortado. Nada Importa, que lleguen tanques de la Otán o continuar la guerra en Ucrania. Hoy volví a ver tu gata, me mordió la barba. Cuánto deseé que fueras esa gata”.
El amor, la fuerza, la belleza de crear parajes eróticos pero delicados, se agradece, sin caer en lo grotesco, Pastore logra una sensualidad explícita. Nos hace recorrer esos amores ochenteros que fueron congelados e idealizados en el tiempo y en la mente de un enamorado. Su pluma fluye y más que para meditar cada poema, son para degustarlos y encontrar esa salida que muchas veces por la contingencia y el mundo acelerado, no la vemos, pero él con su lírica y ese acto natural del ser erótico, le da un valor y el individualismo egoísta desaparece en cada poema.
Santiago de Chile, 27 de Agosto 2025
Crónica Digital